A los doce años, con la complicidad de su padre, se presenta en una fiesta de mayores con un arpa y deja pasmada a la audiencia con los acordes que arranca al instrumento. Mario había aprendido sin maestro.
Años más tarde, en 1975, se presenta y barre con su conjunto en el Festival del Retorno de Acacías. Su maestría es sencillamente insuperable.
Como mejor arpista y mejor conjunto, a lo largo de 1977 fue galardonado en Barinas, en el Festival de Arauca, en el de Villavicencio, en el de San Martín, y en un torneo relámpago de joropo organizado en Bogotá. Todo esto realizado por un muchacho que apenas sí llegaba a los veinte años.
Para 1979 no hay certamen importante en el llano colombo venezolano que Mario y su conjunto no hayan ganado. Al punto que fue invitado en forma especial a Miami a un festival organizado en esta ciudad por la colonia colombiana. De allí se trasladó a Disney World para participar en la celebración de sus quince años.
Mario ha sido arpista en la grabación de 118 larga duración, con los más connotados cantautores de Colombia y Venezuela. También ha grabado cuatro discos de música llanera instrumental.