Que el tamareño si canta.... si señores si señores, no es refrán, es la nueva realidad del llano... no se sabe cuánto canta. Lo que sí se sabe, es que su verso y su melodia trasnochan. Se bajó como las aguas del pauto, como dijera Cachi Ortegón refiriéndose al Cholo, desde el cerro, pero a propósito, porque desde el mismo cerro. se crió viendo la lejanía de la sabana, luego bajó, la vivió, la trabajo y la dominó. Mi compadre... el que hace apenas un año y medio empezó a sonar en cada cantina de los pueblos. Hoy apenas, medio se supo de una nueva canción suya, se hizo comentario en la sabana. “Que ya grabó el Tamareño”, y empezaron los programas a recibir llamadas de los llaneros a pedir “ni llorando me conmueve”... Como anillo al dedo, ahora que la música de despecho y lo criollo, pareciera ser el presente del joropo. Mi compadre El Tamareño, se encaramó en el caballo que era... El de la música criolla, y se convierte en un aliado más de quienes sanamente tratamos de cantar sin más apoyo que el llano... sin más palabreo que el nuestro y sin más arreglos que los que nacieron con nosotros. El joropo sencillito, sin arandelas es lo único que nos queda. Ya me supongo el sinapismo en los pueblos criollos todo el día, todos los días, sonando “reconozco que la quiero”, “de nuevo en el abandono”, y todas las de disco, porque unas arrastran a las otras. Compadre gracias por permitirme referirme a usted como lo hago en donde quiera que llegue, con cariño, con respeto, con admiración y con la firma esperanza que el joropo de estos tiempos apenas empieza a crecer.... y estamos muchachos.
Trabajo investigativo y de redacción ©www.llanomio.com Noviembre-2009.